Y llegó el temido y famoso frío del norte de China, al
principio pensaba que sería algo que pudiera llevar bien (por ahora lo estoy
llevando francamente bien y me gusta, esa gran sensación de placer que sientes
al arroparte entre las sábanas de dormir es uno de los mayores placeres de la
humanidad). Pero estamos aún en otoño,
cuando llegue el invierno propiamente dicho la situación cambiará y en
vez de usar unos pantalones térmicos normales usaré los pantalones térmicos
gruesos.
Un ejemplo del otoño Jilinense. En vez de llover, nieva, en
3 días de nieve, éste fue el resultado
Fijaos en el espesor de la nieve allá donde la huella del
hombre aún no ha tocado.
Y mirad el paisaje tan gélido y propiamente navideño del
cual puedo disfrutar alegremente.
Lo dicho, un deleite de paisaje donde el blanco es el color
rey por antonomasia. Una China muy “rusa”.
El día que vimos estas nevadas, nos alegramos, pues los
españoles y los hispanoamericanos no estamos acostumbrados a estos paisajes y
decidimos jugar con la nieve, nos tiramos bolas de nieve, ( 打雪仗) incluso hicimos un muñeco de nieve, cuyo nombre
fue Ambrosio y que aún vigila el cuarto de las chicas, este muñeco más que ser
de Navidad parece sacada de una película de Tim Burton
Para terminar, os dejo algunas fotografías de mis
amigos en la nieve.
Mi amiga Urielle, la chica belga, que ha ganado
el premio a foto “David el gnomo” por los coloretes que se le pone en la cara
con el frío (al igual que con el baijiu 白酒).