El que la sigue, la consigue: de cómo tener mucha mala
suerte a que todo vaya estupendamente.
El segundo viaje que iba a organizar era con destino a
Shenyang 沈阳市,
con algunos españoles de Changchun, aprovechando las pequeñas vacaciones que
tenemos, de ello hablaré en otro post.
Solo tenía que hacer una cosa, bueno dos, sacar dinero para
todo el mes, (gastos escolar, de comida y de ropa u otras cosas que me hicieran
falta) y los billetes de tren.
La cosa ya pintaba mal cuando me presenté al banco de Da Dong
Men, (la gran puerta del este, que hablaré en otro post también) y me dice el
cajero que mi VISA está sin magnetismo, en otras palabras, que me fastidie que
no podría sacar ningún Yuan (Oh my GOD), ya era un problema grave aunque me
relajé en un momento en el que todo dios perdería la cabeza y se volvería lleno
de ira, pero me armé de templanza y dije, bueno, ¿qué solución tengo? Avisar al
banco español de mi problema y de que me envíen una tarjeta nueva sonaba
tentador, preguntar a la china que trabajaba que qué podía hacer o hacer una
transacción de mi tarjeta VISA a mi cartilla china (algo que no se hace aún).
La china me dijo que volviera al día siguiente por la mañana, que se
solucionaría, volví y seguía con el mismo problema, probé con el otro banco,
que estaba al lado y me dio el mismo error, entonces la china tan simpática
como cabrona me dio una dirección de una calle en la que había un banco, tonto
de mí que le hice caso, cogí un taxi y fui a la dirección, no existía tal banco
en esa calle y reconozco que quería matar a alguien en ese momento, pero
entonces, llegó el karma, gran salvador.
Vi otro banco, el BANK OF CONSTRUCTION y dije “por probar no
pierdo anda” y…. “¡VUALÁ!” FUNCIONABA, mi cara cambió de repente a una especia
de felicidad extrema, así que hablé con el funcionario durante un buen rato,
quería conversar y explicarle que me pasaba, anoté también la dirección del
banco y creo que si persiste ese problema en los otros bancos iré a ese siempre
que lo necesite.
Eso fue una cosa que me pasó, la otra fue el asunto del
billete de tren para Shenyang, ambos hechos ocurrieron el mismo día (es decir,
los dos el primer y segundo día).
Fui a la estación de tren y tras comerme una cola del copón
(delante de mí habría por lo menos 40 personas) le pregunto a la funcionaria:
“Quiero un billete para Shenyang para dentro de dos días y de vuelta para el
domingo”, la muchacha, mirando y riéndose me dijo: “No hay, ni para hoy, ni
mañana ni jueves ni nada”. Mi cara fue de risa de loco cuando lo escuché, “no funciona
mi tarjeta de crédito y no hay billetes, de puta madre Fran”, así que me fui
cabreado en ese momento si que estaba cabreado porque la alternativa era viajar
por la ciudad y perderse en calles, cosa que haré más tarde y estudiar más para
el HSK 4 y 5, lo cual no era perder el tiempo, pero quería viajar, al menos una
vez al mes, quería ver China y estaba perdiendo mi oportunidad.
Al día siguiente fui al banco y pasó lo que os conté, pude
sacar dinero y estaba feliz, luego me dirigí a la estación de tren y me puse en
la zona donde ponía “English” que de inglés sabían lo que yo de Bielorruso,
hablando en chino con la muchacha le pregunté si tenían tren y le especifiqué
uno, ella me dijo que no había plazas para ese tren pero que había otro un poco
antes, dicho esto, acepté, me da igual esperar dos horas a los demás con tal de
poder ir a Shenyang.
Al salir de la estación lleno de júbilo decidí hacer unas
fotografías a la plaza que hay en frente de la estación, ya que hacía calor (8
grados) y un sol que calienta más que el español…
Os muestro la foto de lo que vi, muy parecido al de la
capital de Jilin
En la plaza echaba de menos una cosa, la vida china, la vida
que vi en Agosto cuando llegué y empecé a verla, como las flores que salen en
primavera.
Aquí un peluquero de la calle
Pero pasó algo, algo muy parecido a lo que pasaría si
hubiera un holocausto zombie, me apoyé en una farola para hacer fotos y se
acercó un chino, un hombre bastante viejo, cuando lo vi instantáneamente en mi
mente apareció el cartel de: TE VA A HABLAR, LAOWAI”, pero estaba feliz así que
no me importaba, cuando me habló no usó el chino, uso el inglés y el español,
imaginad mi cara, ¿un anciano hablándome
en español e inglés, me dijo que el había vivido en EEUU cerca de la frontera
con Méjico y tenía muchos amigos y decidió al jubilarse volver a China para
estar con su familia (una prueba más del falso mito que hay en España de que no
se entierran a sus muertos, ellos prefieren pasar sus últimos días con la familia).
Tras hablar con él y sin darme cuenta, me rodearon muchos chinos para
escucharme, al final me dio su teléfono para llamarle, a parte, me invitó a ir
a su casa a comer, tras el regalo que me ofreció les dije de hacerles una foto
y este es el resultado.
Después de la foto, me despedí cordialmente y me fui para
coger el autobús e ir a la universidad.
Tras tener el billete y el dinero de la VISA, estaba feliz y
decidí darme un caprichito goloso.
Hacía tiempo que lo único que me llevaba a la boca de dulce
era el famoso “gubaorou” (No se muy bien si está correcto este pinyin y no me
acuerdo de los caracteres ahora, del gu, exactamente).
Así que fui a la tienda que estaba en el campus y vi algo
que me llamó la atención.
¿Os acordarías de las famosas chucherías que te las metes en
la boca y “explotan”, pues encontré la versión china, para mi gustó es más
explosiva y con mejor sabor, los hay de diferentes sabores.
Me traeré varios para España para que lo prueben mis amigos.
Y es que, si haces cosas buenas te pasarán cosas buenas,
este año en China está haciendo en mí otro Fran, más maduro, más complejo y más
bueno.
1 comentarios:
Una entrada muy bonita Fran. :)
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